lunes, 28 de abril de 2014

Neurobiología - El entusiasmo es el abono del cerebro



En el artículo anterior, Neurobiología como la afección moldea el cerebro, y en este otro publicado en mi blog Crianza con Amor: Funcionamiento del Cerebro, Memoria Emocional, Cortisol y Estrés, veíamos como el cerebro desde el embarazo mismo es afectado por el entorno donde se desarrolla. La calidad del medio ambiente y el tipo de experiencias que las criaturas vivan afecta la estructura y el modo como funciona cada parte de su cerebro de manera permanente.

"La biología evolutiva nos da un dato importante para entender el impacto traumático en el sistema neurológico en la etapa primal: la mayoría de los mamíferos tienen ya al nacer el 80% del desarrollo cerebral que tendrán de adultos. En cambio, la criatura humana, que nace gestacionalmente antes de tiempo, sólo tiene al nacer más o menos el 25% de dicho desarrollo, y sólo alcanza ese 80% a los 21 meses de la concepción, es decir 12 meses después de haber nacido (Bergman) [...]
Según Bergman El crecimiento del cerebro está determinado genéticamente durante las 10 ó 14 primeras semanas de gestación; a partir de ahí los caminos no están pautados genéticamente y  las opciones (choices) se realizan según el estado de la criatura: si está en estado de alerta, en el 'modo de supervivencia', o si está en estado relajado creciendo. Como dicen otros neurólogos y otros científicos las emociones moldean las neuronas." Casilda Rodrigáñez

De otra parte numerosas investigaciones y estudios, vienen corroborando  lo importante del lazo, del vínculo materno madre-criatura, la importancia del crecimiento en simbiosis, la exterogestación y del mismo modo la importancia del tipo de maternaje -que incluye la crianza en si y que engloba lo que conocemos como 'educación'- que la madre dará a la criatura para el desarrollo no solo del cerebro sino de toda su estructura en general. Con toda certeza hoy podemos ver que la maternidad no es solo una faceta en la vida de una mujer sino sobretodo es el proceso de formación de todo ser humano.

Dentro de esas investigaciones se encuentran trabajos que el Prof. Dr. Gerald Hüther expone en la siguiente conferencia.  Entre las cosas que nos explica está el hecho de que el entusiasmo es el abono del cerebro, es el componente bio-químico que hace se den las conexiones neuronales, el generador de esto es el 'entusiasmo', las 'ganas' que emanan de los humanos, de forma natural cuando no se dan las cosas por obligación, sino de forma espontánea, como se da generalmente en las criaturas, Hüther nos recuerda que las criaturas pueden entusiasmarse innumerables veces, hasta 100 veces diariamente, a diferencia de los adultos que perdimos esta capacidad pero que podemos recuperarla.

Sabemos que para que se establezcan las conexiones neuronales -explicado en el artículo anterior- las neuronas del hipotálamo segregan unas sustancias que van desde el axon hasta la hipófisis, a esta función se le llama neurosecreción. Estas células del punto de vista morfologico son neuronas que se comportan como células grandulares, que son asi mismas como células de transición, y se caracterizan por producir ciertas sustancias originados por estímulos nerviosos o humorales. Estos estímulos hoy se han descubierto que son las ganas y el entusiasmo que se produce de forma visceral, que motiva las sinapsis neuronales. 

Hüther nos explica que las mismas redes neuronales que se activan cuando se sufre, son las que se activan cuando el cerebro detecta un desarreglo en la relación con el cuerpo. Cuando la relación no va bien con el otro, -cuando la simbiosis no funciona- eso duele y es el mismo sistema que se activa en el cuerpo, como es insostenible sufrir todo el tiempo el cuerpo encuentra una solución, cada vez que no puede recibir lo que necesita, encuentra algo que ayude, que permita soportarlo y se toma lo que se logra coger y cada vez que se logra algo uno se contenta un poco, lo cuál activa en el cerebro lo que los neurocientíficos llama el 'centro de gratificación'.

Cada vez que uno se entusiasma por algo, se derraman, se vierten lo que se llaman los transmisores neuroplásticos, que son como el abono del cerebro, éstos solo se activan cuando se activan los centros emocionales en el cerebro. Es decir para que se activen es necesario que haya algo tan importante y que sea absolutamente necesario, porque sino causa sufrimiento tanto que se necesita un sucedáneo que lleve al cerebro a la calma.


Los transmisores traen las células que estan debajo por medio de un proceso inducido por los receptores de transducción de señales para iniciar una inducción genética, para producir proteínas que frecuentemente dejaron de producir hace mucho tiempo y que son necesarias para construir nuevos filamentos, para establecer nuevas conexiones y para hacer mas densas las redes neuronales, todo esto se hace en las zonas en un estado de entusiasmo.


Menciona algo muy importante que he resaltado en la traducción que desde el embarazo se desarrollan dos sistemas clave básicos en todos los humanos, que son: el vínculo con la madre (bonding) y el crecimiento -en estado simbiótico- el primero corresponde a lo que se conoce como 'sistema de apego', ambos se desarrollan con la confianza, con la esperanza que tendrán afuera lo mismo que se tienen dentro del útero materno.

También menciona que el consumismo es la consecuencia de no haber recibido lo que se debía, se busca satisfacciones de sustitución y la gente recurre a comprar cosas que no necesitan realmente:

"Cuando no se recibe lo que se necesita cogemos lo que se propone aquí o allá"
Y hay toda una industria que solo espera eso, que haya tanta gente con la mayor cantidad posible de necesidades insatisfechas, es decir que hace falta infancias que vuelvan infelices a los niños, hacen falta que las dos necesidades de base de las criaturas no sean satisfecha
s
" Gerald Hüther.
Comparto la conferencia completa, que he traducido y subtitulado al español del científico alemán Gerald Hüther que he titulado: El entusiasmo es el abono del cerebro.
Marisol Paredes


Neurobiología - El entusiasmo
es el abono del cerebro
Completo en Vimeo:

Neurobiología - El entusiasmo es el abono del cerebro from Marycel on Vimeo.



En dos partes en youtube:








Enlaces Relacionados:
Funcionamiento del cerebro, memoria emocional, cortisol y estrés

 

lunes, 14 de abril de 2014

Neurobiología, como la afección moldea el cerebro



"la criatura humana, que nace gestacionalmente antes de tiempo, sólo tiene al nacer más o menos el 25% de dicho desarrollo, y sólo alcanza ese 80% a los 21 meses de la concepción, es decir 12 meses después de haber nacido (Bergman)"
Casilda Rodrigáñez



Comparto este extracto, del trabajo de Casilda Rodrigáñez: El matricidio y la represión del deseo materno a la luz de la neurobiología y de la investigación clínica neonatal. Cuyo trabajo consta de varias partes:

1.- El hábitat y la 'matriz extrauterina', desde la práctica neonatal
2.- La libido y la fisiología: dos dimensiones de la vida orgánica
3.- La aportación de la neurología al esclarecimiento del matricidio
4.- El 'impacto de por vida' y la Falta Básica
5.- Las posibilidades de reparación: el maternaje, la rendición del Poder y la esperanza.
6.- Tener en cuenta la aplicación social de la maternidad
7.- La 'madre canguru': una imagen del paradigma a recuperar

En este artículo nos centramos en la parte 3, que  me parece muy importante pues concatena, complementa y amplía, con informaciones cruciales, una conferencia que vengo traduciendo y subtitulando sobre neurociencia en relación al desarrollo del cerebro de las criaturas, que será motivo del siguiente artículo.

La aportación de la neurología al esclarecimiento del matricidio




Por Casilda Rodrigáñez

La neurología posiblemente en estos momentos está en condiciones de explicar detalladamente el modo en que se somatiza la represión de la libido, y en general la somatización de un modo de supervivencia en estado de sumisión. Michel Odent decía (12) que cuando una criatura recién nacida llora en el nido del hospital está haciendo su primera experiencia de sumisión. Una sumisión que nos deja psiquica y neurológicamente heridas.

Ya hemos visto cómo la falta de madre provoca un cambio en el modo de regulación del metabolismo basal en el que intervienen el sistema neuroendocrino y neuromuscular.
Pero además, los hallazgos de la neurobiología (13) explican que los caminos neuronales que van a formar nuestro sistema neurológico adulto, no están pautados genéticamente, sino que se fijan mediante opciones que van decidiendo qué neuronas permanecen o cuáles no (nacemos con una cantidad inmensa de ellas) y qué sinapsis se establecen y cuáles no (algunos neurólogos hablan por ello de 'poda'); y también que estas opciones (choice) dependen del bonding con la madre, es decir de la interdependencia libidinal y de la sincronización fisiológica madre-criatura de la que venimos hablando.

Sobre el funcionamiento del sistema neuromuscular más  o menos habíamos aprendido algo en el colegio. Sabemos como son las neuronas, con sus axones y sus dendritas, cómo establecen las sinapsis, y cómo se conectan con las fibras del  tejido muscular.
Sabemos que tenemos dos sistemas nerviosos, el voluntario, y el involuntario que están en mutuo equilibrio, de manera que cuando uno está muy activado el otro se tiene que para un poco (por eso nos decían que después de una comida copiosa a veces nos entra sueño y tenemos que echarnos la siesta). Groso modo podemos podemos imaginarnos como funciona en nuestro cuerpo la recogida de información del exterior, a través de los sentidos, y cómo luego a través del sistema nervioso nuestro esqueleto muscular hace lo que procede; cerramos los párpados de los ojos en una milésima de segundo si algún objeto se dirige a ellos, o apartamos la mano si se acerca un objeto que nos va a quemar, etc, etc.. Lo mismo que el sistema involuntario hace latir al corazón o que se muevan los intestinos. Pero en cambio creo que es menos conocido cómo funciona el sistema neuroendrocrino y cómo las emociones y las pulsiones corporales regulan nuestra fisiología a través del sistema hormonal que a su vez retroalimenta dichas pulsiones.
Por ello para que la gente de a pie podamos ir comprendiendo todos los engaños y mentiras milenarias sobre la maternidad, y para que las mujeres podamos reconocer nuestras pulsiones y nuestra sexualidad, me ha parecido oportuno recoger unos párrafos de un libro especializado (14) sobre el sistema neuroendocrino, pero si a alguien no le parece interesante, puede satárselos tranquilamente:

El hipotálamo forma el piso inferior y suelo del diencéfalo, a partir del cual se evagina la neurohipófisis. Es en el centro de regulación superior de los sistemas vegetativos y neuroendocrino... y también: es el órgano central de control de las funciones viscerales, influyendo sobre el sistema nervioso vegetativo, y por sus relaciones con la hipófisis, sobre el sistema endocrino, coordinando ambos sistemas entre sí...



Los centros hipotalámicos influyen en todos los procesos importantes para el mantenimiento de la homeostasis y regulan el rendimiento de los órganos de acuerdo con las exigencias con que el organismo se enfrenta al medio ambiente, controlando la termorregulación, el balance (el equilibrio) hidroelectrolítico, la actividad cardíaca, circulación, respiración, el metabolismo y el ritmo vigilia-sueño. Son también controladas por el hipotálamo funciones vitales como la ingestión de alimentos... así como los procesos responsables del mantenimiento de la especie y la sexualidad. Estas actividades vitales son desencadenados por necesidades corporales que se vivencian como hambre, sed o impulso sexual. Los impulsos al servicio de la conservación del organismo y de la especie se acompañan generalmente, de componentes afectivos (emociones y sentimientos): placer, displacer, alegría, angustia, satisfacción, miedo o ira. En el desencadenamiento de estas emociones el hipotálamo juega un papel esencial (negritas mías)

A continuación se explica experimentos realizados en hombres, pero sobre todo en gatos, con estimulación eléctrica en distintos puntos del hipotálamo, que permiten situar las regiones del mismo donde los mecanismos de alerta ante el peligro, que aumentan la actividad corporal y el metabolismo se localizan, en una zona... ergotropa... mientras que los mecanismos que favorecen la recuperación se ubican en una zona trofotropa... ambas zonas se corresponden con la clasificación del sistema vegetativo periférico en simpático y parasimpático.

La estrecha asociación entre los sistemas nerviosos y endocrinos encuentro su expresión en la rica vascularización, poco habtitual, de algunos de sus núcleos.. que tienen unas 6 veces más vasos que el resto de la sustancia gris. Sus neuronas mantienen un estrecho contacto con los capilares, alguno de los cuales llega incluso a estar incluído dentro de ellas.

Para entender la función del hipotálamo, hay que pasar a ver la hipófisis:

La hipófisis consta de dos partes: la adenohipófisis... que es una glándula endocrina,,, y la neurohipófisis que es una parte del encéfalo que contiene fibras nerviosas, una red capilar y pituicitos.. Las dos partes de la hipófisis contactan en una superficie que representa el nexo de unión entre los sistemas nerviosos y endocrino...

La vascularización de la hipófisis garantiza la conexión de las partes nerviosas y endocrina...

La hipófisis está controlada por centros hipotalámicos... las neuronas hipotalámicas producen sustancias que circulan por sus axones hasta la hipófisis, desde donde pasan a la sangre. Esta función endocrina de las neuronas se denomina neurosecreción. Las sustancias se forman en los somas neuronales en donde aparecen como pequeñas vesículas secretoras. Estas células, que son neuronas bajo el punto de vista morfológico, se comportan como células glandulares constituyendo una especie de célula de transición entre ellas. Ambas células son de orígen ectodérmico y muestran similitudes en su metabolismo y fisiología. En efecto, neuronas y células glandulares se caracterizan por producir una determinada sustancia que segregan  por estimulos nerviosos o humorales: la neurona, el neurotransmisor y la célula grandular, su producto de secreción...



De acuerdo con la doble composición de la hipófisis, adeno- y neuro- hipófisis, existen dos tipos distintos de fibras que se extienden entre el hipotálamo y la glandula pituitaria. En ambos el sistema neural está unida a las células endocrinas por un conjunto alternativo de fibras nerviosas y capilares (cadena neurovascular)...

Se acepta que el control de la neurosecreción corre a cargo no sólo a través de contactos sinápticos, sino también por influencias humorales. La extraordinaria vascularización de los núcleos hipotalámicos y la existencia de capitales endocelulares habla a tavor de este punto de vista. De este modo se crearía una vía de retroalimentación humoral y se constituiría un circuito de regulación para el control de la producción y liberación hormonal que tendría un segmento neural y un segmento humoral (circulación sanguínea). (negritas mías).

Espero que esto pueda servir para hacernos al menos una remota idea del sofisticado y finísimo mecanismo neuroendocrino, que opera según los programas neurológicos antes mencionados, y que se activan por las circunstancias exteriores y por nuestras propias pulsiones. Gracias al mecanismo hipotálamo-hipófisis, se hace operativo el lenguaje de las pulsiones corporales y de las emociones, que se traduce al lenguaje hormonal, y del lenguaje hormonal al lenguaje neuromuscular, unos mecanismos con diversas posibilidades de retro-alimentación, y por tanto de regulación, por las dos vías, neuronal y humoral.

Ahora bien, el mecanismo neuronal que interviene en el sistema neuroendocrino se forma en gran medida en la etapa primal. Y aquí es donde entra el doble impacto (el del nacimiento traumático y el de la separación de la criatura de su madre después del nacimiento) en la formación del sistema neurológico. Aunque ahora sólo estamos viendo el impacto en el sistema neurológico de la separación de la criatura de su madre, conviene no olvidar el impacto del nacimiento traumático. Los nacimientos son traumáticos porque el útero de la mujer desde hace siglos es espástico (Reich) y en general porque se ha sustraído de la fisiología de la maternidad el impulso de la libido. El impacto del nacimiento traumático fué detectado por la psicología del siglo pasado (Grodeck, Otto Rank, Reich, Stettbacher...) y ha sido confirmado por muchos investigadores epidemiológicos y otras (17), pero desconozco si hay estudios conocidos neurológicos sobre el trauma de nacimiento.



La biología evolutiva nos da un dato importante para entender el impacto traumático en el sistema neurológico en la etapa primal: la mayoría de los mamíferos tienen ya al nacer el 80% del desarrollo cerebral que tendrán de adultos. En cambio, la criatura humana, que nace gestacionalmente antes de tiempo, sólo tiene al nacer más o menos el 25% de dicho desarrollo, y sólo alcanza ese 80% a los 21 meses de la concepción, es decir 12 meses después de haber nacido (Bergman).

Ese dato confirma la hipótesis de Michel Odent y otros de considerar el primer año después del nacimiento de la criatura humana, como una extero-gestación; también coincide con el tiempo en que se termina de formar el tejido óseo (osificación) y la criatura humana puede tenerse en pie y ser autónoma.

Esto significa que durante el primer año de vida extrauterina se va a producir un crecimiento importantísimo del cerebro humano. ¿Hasta que punto influye en ese crecimiento el 'bonding' fisiológico y libidinal madre-criatura? Sobre este punto si hay varios estudios conocidos y está aflorando mucha información.

Según Bergman El crecimiento del cerebro está determinado genéticamente durante las 10 ó 14 primeras semanas de gestación (18); a partir de ahí los caminos no están pautados genéticamente y  las opciones (choices) se realizan según el estado de la criatura: si está en estado de alerta, en el 'modo de supervivencia', o si está en estado relajado creciendo. Como dicen otros neurólogos y otros científicos las emociones moldean las neuronas:

Daniel Alkon (Instituto Nacional de la Salud USA) también asegura que el ADN
humano no contiene suficiente información para especificar la estructura final de las conexiones cerebrales... el cerebro del recién nacido tiene un conjunto de reglas genéticas que determinan la forma en que se realiza el aprendizaje, y después es la experiencia la que lo moldea... las asociaciones que se producen en las primeras etapas de la vida contribuyen a decidir qué sinapsis viven y cuáles mueren. Según Carla Shatz (bióloga evolutiva, Universidad de California, Berkley USA) el sistema nervioso no espera al nacimiento para dar a un interruptor y ponerse en marcha (19).

Por su parte Bergman (18) recuerda que al nacer, el bebé humano dispone de más sinapsis en su cerebro que en ningún otro momento de su vida. Su desarrollo es un proceso que consiste en suprimir ciertas sinapsis y desarrollar otras para crear los ‘caminos’ neurales. Estos últimos pueden ser buenos o malos, en función de las sensaciones y experiencias vividas por el recién nacido.

Carole Landing (Universidad de Groningen, Holanda) (20), entre 1975 y 1979 hizo un estudio neurológico a 526 criaturas recién nacidas. Todas ellas fueron reevaluadas nueve años después. La conclusión más significativa fue que en aquellas en las que se había detectado en la primera exploración algún tipo de problema neurológico menor, la mejoría años después fue mayor y mucho más significativa en las criaturas que habían sido alimentadas con lactancia materna que en las nutridas con biberón desde los primeros días.

Linda Carrol en el citado artículo en Medical Tribune (5) se refiere también a un estudio realizado según el cual el coeficiente intelectual de chavales que fueron alimentados con productos artificiales es ligeramente menor que el de los que probaron la leche de su madre desde su nacimiento. Aunque el concepto de ‘coeficiente intelectual’ es, cuando menos, dudoso, sin duda tiene que ver con las conclusiones de los estudios siguientes que se mencionan.

La doctora Marcelle Geber en 1958 hizo un estudio en Uganda con 308 criaturas criadas ‘a la vieja usanza’ (amamantadas a discreción, transportadas en proximidad constante con la madre, compartiendo la misma cama) y las comparó con un grupo de criaturas europeas (alimentadas en biberón, empujadas en carritos, alejadas de sus padres por las noches...). La conclusión fue que las criaturas africanas desarrollaban sus capacidades motrices e intelectuales con mayor precocidad durante el primer año (21).

La psicóloga A.N. Schore en un estudio publicado en el Australian and New Zealand Journal of Psychiatry (22) explica que el ‘apego’ materno afecta a la parte derecha del cerebro que regula todos los mecanismos relacionados con el control de las emociones, y sostiene que el trauma y el stress en las criaturas, provocado por la separación prematura, puede impedir ‘el desarrollo óptimo del cerebro’ en esa etapa crucial que va de los 0 a los tres años.



Hay muchos estudios que muestran que la falta de madre origina diferentes transtornos psicológicos así como la violencia criminal. Bergman se refiere a otro estudio publicado también por A.N. Schore (23) y asegura que las complicaciones que suceden durante el nacimiento afectan a la personalidad, a la capacidad relacional, a la autoestima, y a los esquemas de comportamiento a lo largo de toda la vida. Si a ello se le añade el rechazo de la madre y la ausencia de unión con la madre (‘bonding’), podemos constatar una fuerte correlación con un comportamiento criminal y violento.
La creación de nidos en los hospitales y el aumento de la frecuencia de las
separaciones precoces de la madre son correlativas a los problemas de vinculación afectiva, al abandono de la madre, y al aumento de comportamientos adictivos (necesidades orales del bebé no satisfechas).

Esto puede ayudar a entender la afirmación de Michel Odent (12), de que la mejor estrategia para obtener una persona agresiva es separarla de la madre en su más tierna infancia; así como otros estudios realizados sobre la correlación entre separación de la madre y desarrollo de una persona violenta, entre ellos el muy importante trabajo del neurólogo JW Prescott que deja patente la relación entre la falta de placer corporal en las criaturas pequeñas y los orígenes de la violencia (24). Margaret Mead también realizó un estudio similar en diferentes tribus, que desconozco pero que cita Carlos Fresneda (21). No olvidemos tampoco lo que hacían los espartanos de la Grecia post micénica de tirar a los bebés al suelo para obtener buenos guerreros de los que sobrevivieran al trauma.

Lloyd de Mause (25) también ha escrito en este sentido sobre los hallazgos de la neurobiología, y afirma que los traumas provocados por el desamparo pueden dañar severamente el hipocampo, matando neuronas y causando lesiones; y que este daño está causado por la liberación de una cascada de cortisol, adrenalina y otras hormonas segregadas durante el periodo traumático, que no sólo dañan a las células cerebrales sino también la memoria y ponen en marcha una desregulación duradera de la bioquímica cerebral. Además, la abundancia de repetidas oleadas de estas sustancias químicas y hormonas en el cerebro es la causa de la reducción de la producción normal de serotonina, siendo, según este autor, un nivel bajo de serotonina el indicador más importante de violencia, relacionada con tasas altas de homicidios, suicidios, piromanías, desórdenes antisociales, automutilaciones y otros desórdenes agresivos.

Lloyd de Mause asegura también que se ha demostrado que la falta de cuidados maternales tempranos es la causa de que la región que permite al individuo reflexionar sobre sus propias emociones y empatizar con los sentimientos de otros individuos sea diminuta, desembocando en una pobre autoestima y en una baja capacidad para empatizar, que el bebé crece literalmente incapaz de sentirse culpable por lastimar a los demás (25). Así es cómo se explica desde la neurología la formación de la crueldad en el ser humano.

Este autor también asegura que teniendo en cuenta que los más recientes escáneres de humanos vivos demuestran que la amígdala (del cerebelo) es el centro neurálgico de regulación de conducta del miedo, se cree que esa regulación de conducta también juega un papel primordial en desórdenes ansiosos como fobias, desórdenes de estrés post-traumático, bipolares y desórdenes de pánico.(25).

Muchas de estas investigaciones están corroborando diversos estudios epidemiológicos recopilados por el Primal Health Research Centre de Michel Odent (17), y que establecen la correlación entre el trauma perinatal y diferentes parámetros de salud física y mental en la edad adulta.

Entre las investigaciones que a mi modo de ver muestran de manera más impresionante esta correlación, es la que llevó a cabo el equipo de Allan Schore (23), y que explica cómo la criatura separada de la madre puede pasar del stress (hipervigilancia) a la desesperación y de la desesperación a un estado de desconexión (disociación) para dejar de sufrir:

En la hipervigilancia, el sistema nervioso simpático se activa fuertemente y de forma brusca, con un aumento del ritmo cardíaco, de la presión sanguínea, del tono y de la vigilancia; la angustia de la criatura se manifiesta con llanto y alaridos... este estado frenético de angustia, que Perry llama ‘miedo-pànico’, se conoce como una estimulación ergotrópica... con secreción de tasas excesivas de las principales hormonas del stress... que se producen en un estado hipermetabólico del cerebro.


La disociación es el estado de reacción subsiguiente a la respuesta al terror, con embotamiento y retraimiento; es un estado de conservación y de repliegue, una respuesta del parasimpático que sobreviene en situaciones en las que la persona no tiene ni ayuda ni esperanza, una respuesta utilizada a lo largo de la vida, por la cual el individuo se desconecta para ‘conservar su energía’, una conducta peligrosa de supervivencia en la que el individuo finge estar muerto; en este estado pasivo de profunda desconexión, la tasa de opiáceos endógenos es alta, lo que produce ausencia de dolor, inmovilidad e inhibición de gritos de angustia. El tono vagal aumenta considerablemente con una bajada de la tensión sanguínea y del ritmo cardíaco(...) en este estado, desde el cerebro de la criatura, tanto los componentes del sistema simpático que consumen energía, como los del sistema parasimpático economizador de energía se activan (...) (provocando) alteraciones bioquímicas caóticas, un estado de toxicidad neuroquímica para el cerebro de la criatura en pleno crecimiento.

Es preciso pues informar sobre lo que puede significar el dejar llorar a una criatura ‘hasta que se calle’, ‘para que aprenda’, etc. Porque quizá al principio se calle por cansancio físico y se duerma (una primera reacción de supervivencia); pero si se repite a menudo, lo que se hace es empujar a la criatura del estado de desesperación a estados de desconexión que se manifestarán en una amplia gama de síntomas autistas más o menos graves, u otros. Cuando una criatura llora durante un tiempo ‘no se desahoga’, sino que sufre y se daña; el sufrimiento mantenido traumatiza, produce lesiones. Así que tanta aparente preocupación ante los llamados desórdenes psicológicos infantiles, o el abuso de las drogas en la adolescencia, o la violencia adulta, para luego quedarse impertérritos ante el llanto y el sufrimiento de las criaturas; cuando se conoce perfectamente la relación entre unas cosas y otras. Es la sempiterna hipocresía del Poder.

Quizá esta explicación del equipo de Schore pueda ayudarnos a comprender mejor las conductas autistas en general, y también por qué el Dr. Hatori, jefe de la planta de Psiquiatra del hospital Universitario de Kumamoto (Japón) (17) encontró que la gran mayoría del grupo de niños y de niñas autistas que atendía habían nacido en una misma maternidad, cuyo protocolo era el parto con cita previa (bien fuera para hacer una cesárea o para hacer una inducción). El Dr.Hatori, según cuenta Michel Odent, fue destituido de su cargo tras publicar el estudio y no pudo proseguir su investigación.

Varios autores, como Balint desde el psicoanálisis o como Laing desde la antipsiquiatría, habían ya situado el orígen de la esquizofrenia en las alteraciones o violaciones del primary love. Para Deleuze y Guattari, por ejemplo, la esquizofrenia no es sino la resistencia de la criatura humana a la represión del deseo. Ahora la neurobiología también sitúa en esa violación primaria, importantes alteraciones neurológicas.


Notas:
(5) Linda Carrol, Medical Tribune noviembre 1994
(12 Odent, M. El bebé es un mamífero, Mandala, Madrid 1990
(13) Citado por Bergman en la comunicación de Paris marzo 2005
(14) Atlas de Anatomía, Tomo III. Sistema nervioso y órganos de los sentidos Werner Kahle (Instituto Neurológico de la Universidad de Frankfurt), revisado en agosto 1985. Páginas 182, 184, 186, 188, 190 y 192. Ediciones Omega, 1994
(15) Wilhem Reich Correspondencia con A.S. Neil (traducido por la E.S.T.E.R) y en Reich habla sobre Freud, Ed.Anagrama pags. 42-43.
(16) Ver la ponencia en los cursos de verano de la universidad de Zaragoza, Jaca 2005, ‘Nuestros cuerpos y su líbido’, también colgado en www.casildarodriganez.org
(17) Michel Odent: Boletín del Primal Health Research Centre (www.primalhealth.org). También desarrollado por Odent en I Congreso Internacional sobre Parto y Nacimiento en Casa, en Jerez de la Frontera, oct. 2000, y recogido en el libro La cientificacion del amor Ed.Creavida, Argentina 1999
(18) Estas citas y las siguientes pertenecen a la comunicación de Bergman en Paris marzo 2005
(19) Sandra Blakeslee en el New York Times, reproducido en El País 15.11.1995, recoge estos y otros estudios.
(20) Lancet noviembre 1994
(21) Citado por Carlos Fresneda en Las raíces afectivas de la inteligencia El Mundo 22.09.2003
(22) También citado en el artículo de Carlos Fresneda
(23) A.N.Schore The effects of early relational trauma on right brain development, affect regulation, and Infant mental health. Infant Mental Health Journal 2001; 22 (1-2): 201-69.
(24) J.W. Prescott Body Pleasure and the origins of violence Bulletin of theAtomic Scientist 1975
(25) Lloyd de Mause: The neurobiology of Childhood and History y War as righteous Rape and Purification, citados en ‘El llanto infantil y el cerebro’ www.dormirsinllorar.com y www.psychohistory.org

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Nota de la redacción: Las imágenes no corresponden al artículo original el cuál se puede descargar completo en el sitio web de la autora:
https://sites.google.com/site/casildarodriganez/

Enlaces Relacionados
Neurobiologia, el Entusiasmo abono del cerebro

Publicados en mi blog Crianza Con Amor:
Documental, Los orígenes de la violencia
Como el cerebro puede ser dañado
Nuevas investigaciones sobre el cerebro
Consecuencias separación madre-bebé
Alienación de la afección
Documental Restaurando el Paradigma Original